17 de enero de 2020
Para mis hijos, mi familia y mi pueblo de Cantaura
Como producto de la clasificación a Tokio de nuestra selección nacional vinotinto de voleibol, me siento conmovido y feliz por la alegría y reconocimiento que me han expresado miles de personas de mi pueblo y de mi país. Les digo: Esto es el resultado del trabajo en equipo mi gente.
Pero, quiero agradecerles con unas palabras surgidas de la profunda emoción que siento.
Estoy sentado en un aeropuerto en Estambul. En la soledad de mis pensamientos. Una lágrima de las muchas de los últimos días corre por mis mejillas. Estuve a punto de ver a mis hijos aunque fuese dos días, pero la imposibilidad de conseguir conexión desde Santiago de Chile a Caracas me lo impidió.
Esto, es una pequeña parte de los muchos sacrificios que junto a quienes me aman he realizado por más de 15 años para alcanzar este sueño que hoy celebramos juntos. Voy rumbo a Estambul, a la liga que hoy me acoge y solo podré volver a mi tierra en tres meses.
Nací, crecí, jugué y salí de las canchas de Cantaura.
Así que si lo pienso en frío, eso que llaman triunfar o tener éxito en algo en la vida no se trata de nacer en una gran ciudad, o ser rico de cuna o de gozar del apoyo, eso ayuda mucho, claro que sí, pero al final se trata de nosotros. ¡No es lo que puedan ver o creer los demás! ¡Todo empieza por como lo veas y creas tú! Aunque te llamen loco lucha. Es más, si te llaman loco ¡esfuérzate más! Algo distinto debes estar haciendo.
Si tus sueños son “muy grandes” tan grandes que parecen demasiado lejos, es mucho mejor. Porque será tu perseverancia la que te lleve hasta ellos. Y ¡Cuando a tú alrededor digan no se puede tú dirás: ¡yo quiero, yo puedo, yo lo estoy haciendo, yo lo voy a lograr!
¿Querer es poder? Mi gente: SI. Querer es Poder. Pero contigo trabajando para lograrlo, contigo soñando y actuando por lo que quieres. Ningún cambio, ningún sueño, ningún proyecto se realiza solo, se realiza con nosotros andando, empujando, motivando, trabajando y esforzándonos ¡así querer es poder!
¡Y que la única opción que existe al caerte es levantarte y continuar y si te vuelves a caer te levantas nuevamente con más fuerzas hasta que ganas!
Gracias Dios por las bendiciones que nos rodean durante nuestras vidas, aunque a veces parezcan dificultades y problemas, ya que cada cosa que sucede no es casualidad. Nuestro Dios en sus ciclos, Él es perfecto, y aunque no lo veas en cada paso que das te respalda.
“Maíta” siempre me dice que Dios no te dará peso que tú no puedas soportar.
Hoy, 15 enero 2020 entre lágrimas y recuerdos de momentos felices y duros, en el pasillo del aeropuerto internacional de Estambul se me vinieron estas ganas de expresar lo que siento, tengo las ganas en el techo de darles gracias a todas esas personas que creyeron en cada uno de nosotros: la selección nacional vinotinto de voleibol, y también de agradecer a todos los que dudaron porque que ¡nos obligaron a esforzarnos cada vez más!
Dios les bendiga siempre, después de 15 años de esfuerzo, de distancia, de sacrificio, de tiempos duros vividos lejos de tus seres queridos, desde pérdidas de familiares, de amigos, de momentos donde el extrañar es la entrada, el llorar la ensalada y luchar bajo cualquier condición es el plato fuerte de nuestras mesas.
Siempre pasan cosas que nos hablan y te preguntas si vale la pena soñar y luchar por eso que quieres, y seguir, insistir y el 31 recibes el año por vídeo-llamadas con tus seres amados y vez entre sonrisas y lágrimas la cara de ellos, y tú quieres estar allí con los tuyos. Hoy les puedo decir: Gracias ¡esto es para ustedes!, por su apoyo, por su paciencia, porque son el reflejo de lo que logramos y hacemos en nuestras carreras como deportistas.
Entrenadores, amigos, compañeros de equipo, donde todos y cada uno de ustedes dejaron marcas, huellas imborrables, esto es para y por ustedes.
Hijos papi los ama, y en la distancia está solo, quiero que sepan que lo que hago es por y para ustedes en especial, y aunque lejos estoy ustedes son lo principal para mí, voy a llegar tan lejos como Dios me lo permita, y siempre volveré a sus brazos para verlos sonreír. Pido al Padre de los cielos les de la salud y la sabiduría necesarias para que logren todo lo que se propongan en sus vidas. Me esfuerzo por ser su ejemplo.
Me canso, pero descanso un poco y sigo adelante.
No me rindo.
Tengo mucha fe.
¡Y me da igual si me llaman loco!
El que quiere puede.
A mi gente de Chamariapa, A mi gente de Venezuela, dentro y fuera de nuestra amada tierra: ¡El que quiere puede! Insistan, persistan y nunca desistan. Gracias a Dios por mi país. Por mi bandera, por mi sangre caribe y negra, y blanca y mestiza que me dio Venezuela.
¡Con constancia trabajo duro y paciencia Siempre todo resultado es positivo! ¡Lo que hoy no fue mañana será solo no bajemos la guardia!
Luis Arias “Maíta”.
Desde Estambul.
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